Parece fácil, pero no lo es, mis amigos.

De fácil, nada.

Los retos nos enganchan porque nos llenas de entusiasmo, y el entusiasmo es la energía de nuestras locuras. Primero las soñamos, luego las decimos en alto, y al final nos lanzamos a ello. De verdad que el resultado no importa, nothing, not at all, Importa el camino. Solo intentarlo nos hace mejores.

Y ahí tenemos a Javier, tan lleno de entusiasmo, tan loco y tan descerebrado, Tan lleno de vida. Y por eso le queremos.

Ahí lo tenemos entrenando en Riglos para luego atreverse a intentar subir el Zulú. Hasta aquí nada raro. Muchos tienen ese sueño. Pero, coleguitas, Javier quiere subir por el Zulú con piolets de madera. ¿Cómo os habéis quedado? Parece fácil, pero si sube tú si tienes webbings.

Cuando una mano se resbala, te va avisando. Cuando un piolo de madera resbala, sale de repente hacia atrás como impulsado por el alma de Belcebú. y a veces se enganchas de miedo en algunos bolos, pero en esos grandes sobaos, ahí os quiero ver.

Y yo feliz de colaborar en esta locura. Ahora entrenando y luego subiendo con él por la Visera.

Las imágenes muestran lo complicado y apasionante del reto.

Ahí lo dejamos.